El puente del centenario  forma parte de la ronda de circunvalación de Sevilla SE-30 y permite salvar la dársena del Guadalquivir.

Con una intensidad media de tráfico de unos 100.000 vehículos al día, el puente es una estructura esencial crítica tanto por su envergadura como por la movilidad esencial que permite.

El tramo atirantado, con un vano principal de 265 metros, fue en su momento una estructura pionera por el empleo de un tablero prefabricado en una estructura atirantada de esas dimensiones y tamaño. Y desde entonces, constituye un obra emblemática para Sevilla y para la ingeniería civil.

Después de casi 30 años de servicio los tirantes del puente han mostrado ya signos de deterioro estando ya al final de su vida útil. Por ello el Ministerio de transportes ha decidido acometer su sustitución para mantener las condiciones de seguridad del puente y sus usuarios.

La solución adoptada permitirá al mismo tiempo dotar al tablero con un carril adicional lo que permitirá al mismo tiempo mejorar las condiciones de tráfico de la SE-30. La envergadura del puente, la magnitud de la actuación y la intensidad del tráfico que soporta, hacen de esta obra un gran desafío técnico.

 

Esta obra, con un presupuesto de 106 millones de euros, resuelve de la forma más eficiente la necesaria sustitución de los tirantes consiguiendo ganar un carril adicional en el tramo atirantado.

El puente, que mantiene su imagen característica de siempre, surge como una estructura renovada con las mejores condiciones de seguridad y funcionalidad lo que contribuirá a la mejora de la movilidad de Sevilla y del resto de usuarios de la SE-30.