La historia de Sevilla está íntimamente ligada a la del río Guadalquivir, que es el único  navegable de España. No podemos comprender la ciudad sin tener en cuenta los vínculos que mantiene con el carácter navegable del río que la convierte en un puerto marítimo interior seguro.

En la antigüedad

Desde los Tartesos las reseñas ponen de manifiesto el perfil marinero de la población. El primer fondeadero lo instalaron los Fenicios y los Romanos hicieron de Hispalis un importante puerto fluvial. En sus astilleros se construían barcas largas para el transporte de trigo. Y en el S. I acogía escuadras enteras que salían hacia Roma cargadas de productos.

Durante el periodo árabe el puerto se amplió. La Torre del Oro reforzaba la defensa del puerto que ya contaba con un muelle de piedra y otras torres como la Plata y de Abd al-Azis.

Fernando III amplió las atarazanas, tras la reconquista de la ciudad en el siglo XIII. El puerto de Sevilla siguió creciendo en importancia y exportaba a toda Europa.

Tras el descubrimiento de América.

El periodo de esplendor llegó cuando se estableció en Sevilla la Casa de la Contratación que la convirtió en la puerta para América. Y así siguió hasta el S XVII periodo en el comienza el declive de la ciudad y también del puerto. Su comercio quedó muy afectado por el traslado de la Casa de la Contratación a Cádiz que le hizo perder el monopolio de las Indias.

En época moderna

El inicio de la modernización del puerto comienza con la construcción de la Corta de Merlina en 1794 que se apuntaló con la transformación urbanística de la segunda mitad del siglo XIX que propició cambios en la estructura social y económica de la ciudad.

El río y los espacios portuarios pasan de ser arrabales a ser el centro de la vida económica y de la ciudad. Se moderniza el puerto y la navegabilidad del río.

Las compañías navieras empiezan a operar en el río. Se bota el primer barco a vapor español, el Real Fernando que se construye en los astilleros de los Remedios, en Triana. Se inaugura el puente de Isabel II y la compañía Ybarra construye el vapor Itálica y establece la línea Sevilla-Bonanza.

A principios del siglo XX el puerto se queda pequeño debido al importante tránsito comercial por lo que se acometen nuevas mejoras. Se construyen el muelle de Nueva York, de Tablada, el puente de San Telmo y el muelle de las Delicias; se construyen además puentes para el ferrocarril y para carreteras; se cierre Chapina; se construye la esclusa. Posteriormente, el puente de los Remedios limita el tránsito de los barcos. Las obras de la Expo 92 mejoraron la infraestructura de la ciudad y del puerto.

Sevilla, puerto, Expo 92

Las embarcaciones en el Puerto de Indias junto al Pabellón de la Navegación.
📷 Legado Expo Sevilla